Análisis de cuentos: "La espera" y "Los amigos"
“La espera”
de Jorge Luis Borges cuenta la historia de un hombre que escapa de alguien, y
en su escape llega a un pueblo en el cuál se queda escondido en un hotel a la
espera de la noticia de que Villari, quien desea matarlo, ha muerto. La historia secreta de este cuento es todo lo
que le da sentido, quien es el protagonista, porque escapa, que hizo y como
conoció a Villari son varias de las preguntas que surgen mientras se lee.
La
temporalidad es lineal, la historia da saltos dando a entender que pasaron
días, incluso semanas entre el primer párrafo y el último. La idea de que los
días pasan y el ambiente no cambia genera confusión en el lector ya que se entiende
que el protagonista esta escapando y manteniéndose en el mismo lugar al mismo
tiempo, como si estuviera esperando a ser encontrado.
Borges en este cuento hace un interesante uso
de los adjetivos, es especialmente descriptivo utilizando largas pausas entre
los momentos de acción del relato. Hace sentir como si estuviera haciendo
tiempo de la misma forma que el protagonista, dando vueltas sobre extensas
descripciones que no agregan mayores detalles a la historia, pero que sirven
para conectar más con el personaje y sus sentimientos.
Las
pesadillas de “Villari” junto con su lectura demuestran el miedo que siente, la
ansiedad por el posible final de su historia. A pesar de quedarse en un mismo
lugar, con la esperanza de que el verdadero Villari nunca lo encuentre, la idea
de ser encontrado lo persigue de muchas maneras diferentes y sus pesadillas se puede entender como una
premonición.
“Los amigos”
de Julio Cortázar cuenta la historia de Beltrán y su amigo Romero al que tiene
que asesinar, relata cómo se prepara y planea paso a paso la manera en la que
va a terminar la vida de su amigo. La segunda historia, la secreta, son las
razones para hacer esto. Se da a entender que Romero y Beltrán fueron amigos en
el pasado, que se distanciaron por distintas circunstancias y su reencuentro va
a pasar el día de la muerte de Romero, pero el porque nunca es dicho solo se
sabe que hay un tal “número uno” que da la orden.
La
temporalidad de este cuento es un vaivén entre analepsis y prolepsis, Beltrán
recordando momentos de su historia con Romero y planeando como va a matarlo.
Hasta que llega al “presente” en el cuál cumple con su hipótesis de los
hechos. Esta manera de narrar atrapa al
lector por las dudas que genera, el saber desde un inicio que Romero va a ser
asesinado causa anticipación, incluso ansiedad, se desea saber si todo va a
suceder como fue dicho y si se obtiene respuesta al porque de los actos de
Beltrán.
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