24 de Marzo
24 de Marzo: Día
de la memoria, verdad y justicia
Entrevista a José María Plá y Cecilia Fernández por
Abril Plá López para Taller de Expresión 1, cátedra 07, profesor Santiago
Castellano.
Cuando pienso Enel 24 de marzo lo primero que me viene a la cabeza es mi
familia, además de toda la importancia de la fecha, y la suerte que tuvo mi
mamá de vivir en una burbuja de protección en la que apenas sabía, entendía que
estaba pasando en el país. Hay veces en las que a ella le hubiera gustado estar
más consciente, como mi papá que no tuvo esa protección familiar y que desde
muy joven ya tenía noción de la situación. Sé que él estuvo metido en la
política y que tiene historias que contar relacionadas con la dictadura, pero
nunca tuve la oportunidad de preguntarle, por esto decidí entrevistarlo a él,
José, mi papá.
Lo segundo que me genera el nunca más es que despierta un recuerdo, el
de la primera marcha a la que fui en mi vida. Tenía seis años, era 24 de marzo,
estaba con mi mamá, mi mejor amiga, su mamá y otros compañeros de la primaria.
Las calles estaban llenas, gente por todos lados, sonido de tambores, cantos,
imágenes de desaparecidos, nietos y nietas, madres y abuelas. Como era chica
mucho no entendía que pasaba, me lo habían explicado en clase seguramente, pero
con seis años no sé cuánto había asimilado. Igualmente estaba feliz de estar
ahí, no necesitaba entender para sentir todas las emociones encontradas y darme
cuenta que estaba siendo parte de algo grande, importante. Me acuerdo que
incluso llegamos a estar cerca de las abuelas de plaza de mayo en algún momento
de la marcha y saber que estaba viendo a personas fundamentales para la
historia.
Sé que quien incentivó al grupo para ir fue Cecilia, la mamá de mi mejor amiga. Que gracias a ella uno de mis primeros recuerdos de mi infancia es en una manifestación por la memoria, verdad y justicia y por eso decidí entrevistarla, conocer su historia y las razones por las cuales es para ella tan importante el 24 de Marzo.
Entrevista a José:
-¿Por qué consideras que el 24 de marzo, el Nunca Más, es una fecha
importante?
José:
Es importante porque activa la memoria sobre algo que nos sucedió a la sociedad
argentina. La dictadura fue aberrante y es una manera de tenerla presente todos
los años.
-¿Cuál es tu relación con las marchas que se realizan? ¿Te afecta de
alguna manera la virtualidad del evento?
José: Normalmente estoy de acuerdo con las marchas ya que es una de las
maneras que tiene el pueblo de manifestarse, igualmente creo que en este
momento es mejor que la gente no esté en las calles, es una manera de cuidarse.
-¿Alguna vez fuiste a una marcha del 24? ¿cómo te sentiste?
José: Muchas, me sentía representado, situaciones comunes. Todas las personas
parecen conocidas, te sentís como en tu casa.
-¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando pensás en esta
fecha?
José: La tortura, no puedo entender como la iglesia y los civiles pudieron apoyar
todo eso, no termino de comprenderlo, de aceptarlo.
-Hay algún recuerdo que quieras compartir, puede ser positivo, en
momentos de democracia o más negativo de tus días durante la dictadura.
José: En el 83, cuando asumió Alfonsín. Recuerdo ver la plaza llena, no lo
pudo olvidar. Incluso sé donde estaba, Tucumán había ido a vender. Vi la
asunción por la tele, se me puso la piel de gallina y lamenté no estar ahí.
-¿En Tucumán hubo algún tipo de manifestación?
José: No, fue un día normal, hay que entender que Tucumán fue una provincia gobernada
mucho por la derecha.
-¿Qué significa para vos esta fecha?
José: Creo que cada 24 de marzo hay que reafirmar de todas las maneras
posibles de que nunca más puede haber un golpe de estado en nuestro país,
sabemos a que vienen y por eso es necesaria, es importante.
-¿Cómo te afectó personalmente la dictadura? ¿Cuándo dejaste de militar?
José: Yo fui varias veces preso, el hijo de mis padrinos desapareció, creo
que tuve suerte. Durante muchos años milité pero no era un actor principal, funcionaba
como correo. Me daban cosas y yo tenía que llevarlas a lugares, no sabía a quién.
Era el partido de la izquierda unida, el ejercito revolucionario del pueblo.
También estuve en la plaza con perón, nosotros nos fuimos.
Milité hasta que asumió Alfonsín, después deje de ir a las reuniones
tanto como antes. También tengo cosas de las que me arrepiento, fui a apoyar
que se recuperaron las Malvinas, de ignorante, no lo compre del todo pero al
principio sí.
-¿Tenés recuerdos de tus padrinos? ¿Hicieron algo para buscar a su hijo?
José: Mis padrinos vivían en Aedo, ellos me cuidaron hasta que en algún
momento me fui con mi hermana.
A su hijo lo buscaron, pagaron mucha plata para que lo encuentren,
hablaron con dios y maría santísima pero no tuvieron respuestas y después les
perdí el rastro.
-No sabía que tenías conocidos desaparecidos
José: Si, también está el marido de Regina que era una prima de Delia (tía)
su esposo se llamaba Vallese, era el hermano de Felipe Valllese. Carlitos, otro
familiar de tus tías, era del partido comunista y creo que también tuvo
problemas en la dictadura.
-Si te sentís cómodo ¿podes contar porque fuiste preso?
José: Por estar en grupos de gente, por usar barba, tengo barba desde los 17
años. En la dictadura me prohibieron usarla, me echaron del colegio, por eso lo
terminé tarde. Incluso tenía a tu hermano ya, él nació en el 78, yo tenía 22
años. Fue una época muy complicada.
-¿Hiciste servicio militar? ¿Cómo llamaban a la gente para que lo haga?
José: No, yo me salvé por ser clase 56, antes se hacia el servicio militar a
los 21 pero Lanusse hizo una ley para que sea a los 18 y quedo un año de bache.
-Como militante ¿Qué representaba para vos la guerrilla?
José: Era una expresión, si bien violenta necesaria para plasmar una idea de
la cual no se podía hablar. Por eso existió “la triple A”, toda persona que pensaba
diferente al poder era un subversivo y se lo hacía desaparecer. Creo que no
había otra forma de expresarse, no quedaba otra. O te mataban o matabas, era
así.
Entrevista a Cecilia:
-¿Por qué consideras que el 24 de marzo, el Nunca Más, es una fecha
importante?
Cecilia: El 24 de marzo es el Día de la Memoria, por la Verdad y la Justicia en
que se recuerda el golpe de estado ocurrido en 1976. Es importante que se haya
convertido en política de estado para que la sociedad no olvide que necesitamos
cuidar la democracia, que Nunca Más un gobierno sea volteado de esa forma y
sean violados todos los derechos humanos.
El 24 de marzo de 1976 se derrocó un gobierno democrático, más allá de
lo complicado que era el contexto político y de los crímenes que ya había
cometido la triple AAA. Se suspendió toda garantía constitucional y se
censuraron todas las voces para instalar un modelo económico distinto, que
promovió la concentración de la riqueza en unas pocas manos y dejó a muchos en
la pobreza y al país endeudado, con su futuro comprometido. Los que salieron
beneficiados económicamente son la pata civil de este golpe cívico-militar.
Todavía cuesta mucho visibilizar que hubo grupos civiles detrás del
golpe: empresarios, medios de comunicación, algunos sectores de la Iglesia y
Estados Unidos, que fomentó golpes en toda América Latina. Y en los últimos
años se envalentonaron las voces que niegan el terrorismo de estado y equiparan
sus acciones con las de los grupos terroristas, que ya habían sido
prácticamente derrotados antes del golpe. Es necesario aclarar los términos, no
es lo mismo la responsabilidad del Estado que la de grupos que cometieron
delitos. No tuvieron oportunidad de tener un juicio ni una defensa. La
clandestinidad en la que fueron asesinados prueba que no era legal ni legítimo
la manera en que actuaba el gobierno de facto. Lo que ocurrió no fue una guerra
como lo quieren presentar algunos sectores. Creo, además, que es importante no
olvidar porque aún vivimos las consecuencias económicas y sociales de la
dictadura. Por eso hay que seguir recordando y conociendo, todos los años salen
a la luz nuevas historias, datos, testimonios. Incluso grupos políticos, como
el de Historias Desobedientes, que son hijos de genocidas que se separan de sus
padres y dan su testimonio.
-Si alguna vez tuviste que dar una clase sobre el 24 de marzo ¿Cómo fue?
¿Cómo te preparaste? ¿Qué respuesta hubo por parte de los alumnos?
Cecilia: Como maestra de grado y maestra bibliotecaria he dado clases sobre este
tema. Siempre me resulta movilizante. Trato siempre de aportar datos, contexto
y tener en cuenta que los alumnos pueden traer opiniones y relatos diferentes
desde sus casas. Con respeto les presento y pienso con ellos y ellas ese
momento de la historia tan conmovedor. Los chicos más grandes, 11 o 12 años,
suelen tener muchos detalles acerca de las torturas y asesinatos. Trato de que,
dentro de las posibilidades por su edad, entiendan las motivaciones del golpe y
las consecuencias que tuvo en la vida de nuestra sociedad. El trabajo de las
Madres y Abuelas de Plaza de Mayo siempre es rescatado, son un ejemplo de
resistencia pacífica y tenaz para llegar a la verdad. Les traigo relatos de
nietos recuperados, con videos de testimonios, porque aporta un poco de
esperanza a este tema tan difícil. Y es la prueba de que la dictadura continúa
afectando el presente y el futuro.
El tema de la identidad se trabaja mucho desde la literatura también con
los más chiquitos. Se muestran y leen cuentos prohibidos como Un elefante ocupa
mucho espacio, La planta de Bartolo, El pueblo que no quería ser gris, entre
otros. Este año los pasillos y ventanas de la escuela se intervinieron con
pañuelos en los que los chicos escribieron sus pensamientos por la fecha. Y
luego recordamos en un acto en el patio de la escuela, con distancia entre los
grados.
-¿Cuál es tu relación con las marchas que se realizan? ¿Te afecta de
alguna manera la virtualidad del evento?
Cecilia: En cuanto a las marchas del 24 de marzo, participo desde fines de los
90, cuando todavía no era política de estado y no se llamaba Día de la Memoria.
En ese momento no participaba mucha gente, incluso hubo gases lacrimógenos en
varias. La sociedad no quería recordar, era la época de los indultos y se
desalentaba la participación política. He ido embarazada y he llevado a mis
hijos, incluso un año pudieron ser parte de la entrada de la bandera de los
desaparecidos en la Plaza. Las marchas son un lugar de encuentro también con mi
prima, con mis padres, con amigos y con los que uno comparte el sentimiento y
la necesidad de recordar. Siempre son muy movilizantes. Que en 2020 y 2021 no
se haya podido realizar duele, se siente la falta. Pero traté de compensar la
falta participando de las propuestas que se hicieron. Este año participé, con
mi hermana y mi hija, del encendido de antorchas en el ex centro clandestino El
Atlético, que está a unas cuadras de casa y en donde estuvo detenida una
pariente de mi papá.
-¿Qué opinas de las madres y abuelas de plaza de mayo? ¿Tuviste relación
con su agrupación?
Cecilia: Las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo son personas que admiro profundamente.
Su tarea me parece fundamental para la construcción de una sociedad mejor, más
igualitaria y basada en la verdad. Sus historias me emocionan hasta las
lágrimas, así como las de los nietos restituidos. Las leo y las escucho siempre
que aparecen en los medios y me duele cada vez que las agreden porque si hay
algo que han hecho es buscar justicia, sin violencia y sin sed de venganza. Las
Abuelas, en particular, buscan permanentemente nuevas maneras de hacer conocer
su búsqueda de los nietos que aún no conocen su identidad. Convirtieron el
dolor en trabajo social. Son reconocidas a nivel mundial, han contribuido con
la ciencia, impulsaron las investigaciones genéticas. Contribuyeron, junto con
el Equipo de Antropología Forense, en el hallazgo de desaparecidos en todo el
mundo. Son admirables. No tengo relación con sus agrupaciones, aunque he
fantaseado con ofrecerme a colaborar con su trabajo. Tal vez en algún momento
lo haga.
-¿Qué importancia tiene esta fecha en tu vida, cómo te afectó personalmente?
Cecilia: Siempre fue una fecha importante en mi familia. Mis padres y mi abuela
sufrieron de cerca la desaparición de una sobrina. Ella estuvo detenida en El
Atlético, no se supo más de ella. Su marido fue asesinado en el momento.
Obviamente yo no conocí esta historia hasta que volvió la democracia. Era una
cuestión de seguridad: los chicos, yo tenía 4 años en 1976, no podíamos saber
estas cosas. Recién después de 1985/‘86 mis padres empezaron a contar, pero
tardé años en reconstruir la historia. Era muy duro para ellos. Y para mi
abuela también. Con mi prima, nos contábamos lo que sabíamos para tratar de
entender qué había pasado. Ella siempre sabía más que yo. A mi papá le dolía
mucho hablar del tema. Por suerte, vivió muchos años más y tuve oportunidad de
escucharlo; sabía mucho de historia y tenía una sensibilidad social especial.
Aunque nunca pudo hablar mucho de la desaparición de su sobrina porque se
quebraba.
- Hay algún recuerdo que quieras compartir, puede ser positivo, en
momentos de democracia o más negativo de tus días durante la dictadura.
Cecilia: Algo que recuerdo con mucha emoción es el día en que los carapintadas amenazaron
la democracia, en 1987, y dejamos la reunión familiar de Pascua para ir a la
Plaza de Mayo a defender el gobierno de Alfonsín. Fuimos con mi papá, mi tía y
mi prima. Fue mi primera participación política.
Espero el año que viene volver a encontrarme en la Plaza con mi prima y
con mi hermana para seguir recordando y pidiendo justicia.
¡Gran entrevista! Logras conocer las opiniones de los entrevistados, tus preguntas son certeras y claras lo que permiten seguir el hilo de amabas entrevistas. ¡Me gustó! ¡Seguí escribiendo!
ResponderBorrarMuchas gracias por tu comentario! Me alegro de que te hayan gustado las entrevistas.
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